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Revista Escape / Religión
La ideología de los Hare Krishna
Texto: Miguel Vargas S.
Fotos: Pedro Laguna
El grupo basado en la fe hindú recibió en su terreno en Coroico al B.A. Paramadvaiti Swami Gurumaharaj, quien promueve la devoción a Krishna.
Conquistar montañas era su pasión. El ecuatoriano Daniel Saavedra Alaba respiraba poderoso con 19 años en alguna cumbre, dueño del mundo. Sin embargo, al descender se sentía vacío. Fue en Santiago de Chile donde conoció a su maestro gurú y desde ese momento consagró su vida a Krishna. Hoy tiene 29 años y es el sannyas que está a cargo de esta comunidad védica de Bolivia.
La búsqueda de la paz interior y el conocimiento espiritual mueve sus acciones. Por ello, el mes de septiembre significó un nuevo reto para el grupo brahmínico: la llegada a
En Bolivia, Swami Gurumaharaj pudo ver los avances en una finca donde este grupo construirá un albergue ecoturístico cerca del pueblo de Coroico, en el que la vida monástica cobra otros sentidos.
Rastros de la cultura hindú
Su vestimenta es similar a la de los que lo rodean. En la cabeza lleva un mechón de cabello largo (sika) que lo identifica como un seguidor de la cultura brahmánica. Tiene un collar que da varias vueltas y que marca su nivel de iniciación (en este caso tres, la señal del renunciante), mientras su ropa, de color azafrán, indica su estado célibe. Para reforzar el compromiso de renuncia lleva el dhoti (falda masculina) envuelto a la cintura y delante de la kurta (camisa), otra prenda del mismo color que está colocada a manera de bufanda.
Otro grupo de hombres está vestido de blanco, en señal de su predisposición al matrimonio. Las mujeres visten el sari, una túnica de seis a siete metros que se puede vestir de 108 formas. Y en la frente, la mayoría lleva una señal hecha con un barro sagrado del río Ganges (India). En realidad, la marca está en 12 partes del cuerpo, donde estarían ubicados los chakras, unos vórtices energéticos que se sitúan en los hipotéticos cuerpos sutiles del ser humano.
Todos los devotos portan en el cuello una pequeña bolsa de tela donde llevan la japa, una especie de rosario de 108 cuentas hechas con madera sagrada de tulapi, que representan a los sirvientes perfectos de Krishna. Y con cada cuenta se repite el Maha Mantra —“Hare Krishna, Hare Krishna/ Krishna Krishna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama/Rama Rama, Hare Hare”—, canto de los santos nombres.
Los devotos, además, entonan y bailan con mridangas (tambores) y kártalas (platillos de mano) para la divinidad, aunque en su paso por Latinoamérica su música se ha visto nutrida por ritmos como el ballenato e instrumentos como la guitarra, la zampoña o el ronroco.
Un estilo de vida
Al día siguiente, una caravana de coches se dirige a Coroico. En medio camino, junto a una cascada, desayunan. “Me he educado en
Dos muchachas van registrando sus palabras en video para difundirlas después en DVD. “Fuí un estudiante rebelde inclinado al socialismo, pero me decepcioné muy pronto de él. Busqué respuestas en la filosofía oriental. Allí encontré tantas que me di cuenta de que no era cuestión de respuestas, sino de vivencias, y para entenderlas debía cambiar el estilo de vida”.
El gurú fue enviado en
Desde ese año, el gurú visitó continuamente el país, pasando incluso por aquel período en la década de los 80, cuando los Hare Krishna fueron acusados de influenciar negativamente en los jóvenes y de prácticas sospechosas que incluso se relacionaron con sexo y drogas. Ninguna acusación fue probada. “La guerra contra la ilusión es más bien interna. Cada uno la está luchando. A veces uno se desanima, pero hay que levantarse con la ayuda de alguien más avanzado. Una vez estuvimos en la plaza Murillo de
Relanzar la educación védica y la promoción del vegetarianismo es el nuevo propósito en Bolivia, al igual que la construcción de un albergue ecológico en la finca. “Bolivia es un país de tanta hermosura y extremos, un pueblo sumamente vibrante en que sus grupos indígenas representan algo de los antiguos mundos. Nosotros practicamos algo de
Una mariposa se posa en la manga del gurú mientras conversa. Poco a poco desaparece el Prasadam, la comida vegetariana que se prepara y se ofrece a
Respeto a la naturaleza
Mientras los devotos se pierden en el verdor, Swami Narayan repasa los principios regulativos de purificación: no practicar sexo ilícito, no intoxicarse (drogas, cigarrillo, alcohol), no participar de juegos de azar y no comer carne ni huevo. Además de estos principios, ellos deben recitar 16 vueltas del japa cada día, distribuir alimentos y libros sobre vegetarianos y celebrar el canto público del Maha Mantra.
Los padres de Swami Narayan también son devotos de Krishna. El joven, que ahora lidera el movimiento en Bolivia, nació en Guayaquil, Ecuador. Espigado, con los ojos oscuros hundidos en el rostro y la cabeza rapada, recuerda con emoción su conversión. “A mis 19 años conocí a mi maestro espiritual en Santiago de Chile. Fue un encuentro mágico, nunca había escuchado de Krishna, estaba buscando alguna perspectiva para poder mantenerme en este mundo. En realidad estaba muy inconforme con las propuestas que podía encontrar a mi alrededor en la sociedad. Era andinista, me gustaban las alturas, pero cuando regresaba a la urbe tenía que enfrentarme a ella, no era la solución definitiva”.
Cambiar de vida no le resultó conflictivo, pues está convencido de que si uno duda es porque quizá no está tomando la decisión correcta. “Mis familiares estuvieron muy contentos, pues en ese momento me di cuenta de que mi familia y mis amigos verdaderos eran los que tenían inclinaciones e ideales espirituales iguales a los míos. Cortar esos lazos sentimentales que uno tiene con la gente con la que has mantenido relaciones por muchos años suele ser difícil, pero a mí no me costó mucho. El cambio fue positivo. Nuestros maestros nos enseñan que avanzar en la vida espiritual significa rechazar y aceptar: si algo no tiene nada que ver con tu vida espiritual tienes que rechazarlo y aceptar inmediatamente lo que sí te sirve”.
Swami Narayan pasó cuatro años de brahmachari (estudiante célibe) hasta que su maestro le invitó a ser un renunciante (sannyas) para prepararse a una vida de dedicación. “Gracias a él sentí la libertad y la naturalidad de practicar este proceso. La vida familiar es sagrada, pero en algunos casos se vuelve un obstáculo para el crecimiento espiritual. Mi vida está en armonía, y para mí no es un gran esfuerzo, sino un gran alivio”.
El grupo de devotos llega hasta el ojo de agua para escuchar en un claro del bosque una conferencia del gurú sobre los dones de la naturaleza, donde nadie es dueño de nada. Allí, Swami Narayan recuerda su vida pasada. “Lo más difícil es poder superar el orgullo, el ego falso. Antes subía montañas, llegaba a la cumbre y me sentía realizado, pero la montaña del ego es mucho más alta y llegar a la cumbre y superarla es mucho más difícil. Estoy luchando. Nuestros maestros dicen que nunca dejamos de ser estudiantes. La vida espiritual es como entrar en un cuarto y agarrar una escoba. Al principio uno cree que no está tan sucio, pero cuando se empieza a levantar polvo —es decir, cuando uno comienza realmente a profundizar— se da cuenta de que en verdad queda todavía mucho que limpiar. Es una constante guerra”.
El viaje casi culmina. En la noche, los devotos vuelven a compartir alimentos y cantar el Maha Mantra. Hombres y mujeres trabajan preparando la comida y empiezan a surgir algunas canciones en honor a Krishna. El gurú escucha entonces las inquietudes de cada devoto antes de retirarse para descansar. Al día siguiente partirá rumbo a
En Bolivia, entretanto, se quedará toda la gente que trabaja en el centro vegetariano Govinda de Coroico, bajo la batuta de Swami Narayan, a quien le hacen una pregunta: ¿Qué les deparará el futuro? ´Eso preocupa a los demás. Eso es no tener confianza en el proceso, en las posibilidades de una vida pacífica. La sabiduría veda dice: \'No te confíes mucho por un futuro, aunque éste parezca placentero, y deja que el pasado muerto entierre a sus muertos. Vive en el presente, el presente vivo, con el corazón dentro y Dios sobre tu cabeza\'´.
El perfil
El culto a krishna
Historia del ISKCON
Es un credo del hinduismo tradicional vaisnava que practica bhakti yoga en adoración del dios Krishna.
Este culto hindú fue introducido al mundo occidental por el bengalí A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, quien creó esta asociación en Nueva York en 1966. Sus discípulos publicaron sus traducciones del Bhagavad-gita, el Bhagavatam y otras escrituras hindúes al inglés.
IDIOMA
El sánscrito es utilizado principalmente como lenguaje ceremonial en los rituales hindúes, en la forma de himnos y mantras. Su forma preclásica es el sánscrito védico, el lenguaje ritual de la religión védica. Su texto más antiguo conocido es el Rig Veda. En este idioma fueron escritos todos los textos clásicos del hinduismo. También es el lenguaje que se usa en el yoga.
krishna en Bolivia
En Bolivia, las organizaciones religiosas deben inscribirse en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y recibir autorización para una representación religiosa legal. Los Hare Krishna se registraron como organización educativa en lugar de religiosa. El Gobierno negó el registro religioso de los Hare Krishna en la década de los 80, arguyendo actividades no basadas en la fe y no tomó otra decisión sobre la nueva solicitud presentada el 2000, pues considera que el fallo sigue vigente. Hare Krishna continúa operando con total legalidad como organización educativa.
Gurumaharaj junto a Swami Narayan e Indra reposan en la finca de Coroico.
Durante su desayuno, cerca a una cascada, gurú Maharaj recibe la inesperada visita de una mariposa tropical.
El sannyas Swami Narayan es el responsable de esta comunidad en toda Bolivia.
La vestimenta de la mujer consiste en un sari, que puede usarse de varias formas.
En la finca de Coroico, Swami Narayan toca su instrumento.
La música es una de las mejores formas de repetir el Maha Mantra.
El grihasta Bhima Das con su esposa Shanti y sus hijos Shanti y Narayan.
El Prasadam es un momento para compartir los alimentos.
En los templos se ingresa descalzo para dejar afuera todo lo mundano.
Gurumaharaj en una conferencia en pleno Coroico para los devotos.
La japa es una especie de rosario con 108 cuentas de madera de tulasi.
En la madrugada, un brahmachari colombiano hace un rico desayuno.